NOSOTRAS

NOSOTRAS
Arte:Susana Khabbaz

jueves, 21 de marzo de 2013

TENSIONES ELÁSTICAS



Donde haya un elástico, un cinturón o algo que aprieta, para evitar sentir como invasora esa opresión, el cuerpo la auxilia imitando una restricción análoga.

Quien usa un par de pantalones con la cintura ajustada o tiene siempre el elástico de la ropa interior alrededor de la cintura, después de un tiempo no se da cuenta y es habitual que diga que le sienta muy bien. Esto es así, porque tiene una serie de músculos constantemente tensionados para reproducir con el cuerpo la misma acción producida por el elástico o por el cinturón. Nos demos cuenta o no, el sistema nervioso registra la tensión del elástico como una actividad a la que hay que ayudar.
En las mujeres que usan habitualmente medias se observa, en general, un surco en la cintura —no en la piel sino más profundo, en el tejido conectivo— debido a la tensión constante que el sistema nervioso ha memorizado como comando fijo para ese punto. Es un surco que se asemeja a las líneas de la mano, que no son producidas por el modo en que se la dobla o se la usa, sino por una suerte de mapeo del sistema nervioso. (Tanto es así que, si la mano se lastima, una vez que se reconstituye el estrato epidérmico, las líneas reaparecen exactamente iguales. Éste es el motivo por el cual, en la lectura de la mano, se le da tanta importancia a estos signos que reflejan algo verdaderamente peculiar que tiene cada individuo.)

Las medias se caracterizan por un elástico que invita al cuerpo a contener la respiración, a crear un surco; cuando la respiración es contenida, se establece una barrera física. Todo se complica por el hecho de que, cada vez que se siente en el cuerpo una tensión de este tipo, se tiende a cubrirla con algo que ayude a mantener esa tensión. Así que, quien quiera cerrar o aislar las vísceras, o crear una separación entre la parte superior e inferior del cuerpo, sólo debe colocarse un cinturón, un elástico o un vestido ajustado para impedir la integración emocional y de movimiento del cuerpo. Cuando se usa prenda que no tiene tajos horizontales, en cambio, el organismo es invitado a una mayor conexión energética integral. La respiración y el movimiento de la fascia tienden espontáneamente a reorganizarse como una onda entre arriba y abajo, sin interrupciones en la zona donde está presente la máxima concentración de órganos vitales. Éste es un dato que se comienza finalmente a tener en cuenta, ya que desde hace unos años las mayores casas de producción de indumentaria deportiva de los Estados Unidos han comenzado a introducir en los propios catálogos un mono para esquí. Hasta hace poco, la inexistencia de monos deportivos de este tipo había sido testimonio de la difundida dificultad para concebir el cuerpo como una unidad homogénea entre arriba y abajo, como si una neta separación fuese inevitable.

La misma concepción de un cuerpo divido entre el arriba y el abajo se encuentra, además, tanto en la dificultad para adquirir o vender prendas enteras y en la tendencia a ponerle cinturones y elásticos en la cintura, así como en el uso de los colores de la ropa. Por cierto, el hecho de que sea más fácil encontrar colores claros para camisas y remeras que para faldas y pantalones responde a motivaciones de orden práctico. Sin embargo, en alguna medida, esto puede ser leído también como una metáfora de los distintos miedos que inconscientemente son relegados a diferentes partes del cuerpo y que empujan a tener en la sombra la zona inferior —tapándola con tejidos oscuros— y a resaltar la zona superior. De la misma manera en que la habitación que se usa mucho, es más luminosa y aireada, mientras que la que se usa sólo en ciertas ocasiones tiene las persianas bajas y las ventanas cerradas, el color de las prendas y la calidad de su tejido también evidencian la eliminación de lo que, por conveniencia estratégica, es dejado de lado.

J. Tolja – F. Speciani

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