miércoles, 8 de agosto de 2007
SEMANA MUNDIAL de LA LACTANCIA MATERNA
SEMANA MUNDIAL DE LACTANCIA MATERNA, AGOSTO 2007
enviado por cantv.net
" El feto en el corazón de la noche uterina oye la voz de su madre. "
Alfred A. Tomatis
Marfel Jhesús, a sus 10 meses de edad
SEMANA MUNDIAL DE LACTANCIA MATERNA, AGOSTO 2007
"La Primera hora luego de nacido beb@. Salvar un millón de beb@s"
Testimonio vivencial... a favor de la lactancia materna y todos los beneficios que conlleva...
Y fue luego de una gran travesía emocional que nació Marfel. Si algo tenía asegurado este bebé cuando su madre supo que lo llevaba en su vientre, fue la garantía del amor, del deseo de tener un hijo. Porque ella, desde pequeña, siempre quiso ser mamá y cargar a su hijo y besarlo y amarlo.
Ahora, lo que esta madre nunca calculó fue que atender a un muñeco jámas sería como atender a un cuerpecito que late, que vibra, que llora o tarda mucho en llorar, cuerpito ricamente calientito que en el momento del nacimiento ha de recibir todos los beneficios. Beneficios que se han de hacer respetar de manera fiera y audaz.
La cosa no era tan fácil como la ven las mujeres que ya han parido varios hijos, ni tampoco tan difícil como la ven las madres que desde su abnegación o negación reciben al Ser para asumir su magnitud de madres por primera vez.
La tarea no es ni fácil, ni díficil, ¡Es Sagrada!. Esta es la más grande obra que nunca humano podrá repetir. La más grande creación, aquella que nos invita a internalizar nuestro desempeño, la que nos ha de consagrar como las Diosas Grandes de la Creación.
Y es así que esta madre, conocía desde el fondo de su corazón lo sagrado de su tarea... pero estaba repleta de miedo. La rondaba el miedo a todo: a sentirse solita en una tarea de la que aún no decodificaba su realización acompasada con su corazón, a considerarse disminuida e inútil ante "tanto consejo" de otras mujeres que le llevaban la delantera en esto de ser madre. Con todo y haber hecho un curso psicoprofiláctico, allí nunca, ni allí ni en ningún otro lugar le dijeron cuán importante es la lactancia materna y el cobijo vital que se ha de entregar al recién nacido. Sin permitir que haya separación durante el tiempo de reclusión en el recinto hospitalario.
¡Cuánta infidelidad a sí misma! ¡Qué manera de traicionarse! ¡Qué modo de desatender a su corazón!
Y es que su hijo nació en el tiempo en que los sucedaneos de la leche materna eran lo más recomendable por pediatras y especialistas... a ninguno, ni consejeras continuas que le cacareaban cuando la visitaban, ni nadie, jámas le hizo saber que en esa depresión en la que nació su hijo, quizá, dándole leche materna e insistiéndole, hoy su hijo, estaría vivo, gozando de buena salud.
¡La primera hora luego de nacido el bebé! ¡Salvemos a un millón de seres que nacen con la intención de vivir el tiempo que merecen, en sana y larga vida!
Y así como es vital mirar para adentro entendiendo que mientras más se le ofrece la teta al hij@ más leche tendrá, más producción ilimitada logrará, así también es bueno mirar la manera como tratamos a nuestro hij@ mientras vivía en nuestro vientre materno. Porque dar la teta, es como darse toda, es como hacer el amor con profunda entrega. Es necesario alejar el miedo y entrar en la confianza. La confianza de la certeza de que afuera no hay consejo que valga para lograr el acompasamiento que verdaderamente va a permitir que la vida de ese hij@ parid@ se mantenga en perfecta salud.
Los pezones gozan de ciertos puntos de acupuntura o puntos energéticos capaces de irradiar como los rayos del sol. En los pezones está la fábrica que brilla y que nutre, y en los brazos de la madre, en la mirada, en sus cantos está el afecto, el que ha de permitir que si beb@ tuvo algún momento de disonancia en vientre, éste y nunca otro momento ha de sanar dicha disonancia. El acompañaminento atento desde el aquí y el ahora, desde la contemplación, el olor, el sonido y la estancia van a permitir que esos puntos de acupuntura o puntos energéticos irradien como ese sol que quiere brillar y poner a brillar todo lo que toca.
Cuando Marfel Jhesús nació, el miedo indolente tomó poder en esta madre, que desconocía lo que era estar sola, sola en cuerpo y alma. Y Marfel Jhesús al sentir esas manos frías que se metían en su recinto para girarlo y sacarlo sin contemplación nació tan repleto de rabia que no le quedó otra cosa que manifestar su disgusto. Disgusto que acrecentó su sintonía al notar que jámas lo pusieron en los brazos de su madre.
Madre ansiosa que tan sólo deseaba abrazarlo, contemplarlo, estar con él, hablarle en el silencio de su soledad. Pero no... hasta el otro día pudo verlo... ¡¡Hasta el otro día!!... más de 12 horas perdidas en la posibilidad de mirar, hablar, cantar, reír, expresar, acariciar, decir, dar y latir junto al hijo que por nueve meses se formó en su complitud y su deseo de vivir dentro de su madre. ¡¡Cómo no habría de estar deprimido!! y lo peor, que cuando entregan el bebé a su madre, se lo dan con un biberón marcado por el tiempo, con una tetina de un hueco excomunal y una leche desconocida, para que fuera eso y no la tetica lo que alimentara al bebé que de seguro ya se habría preguntado tantas veces para qué sirve la vida si no se está rodeado de amor...
Y mientras Marfel estaba en su No recibimiento al mundo, los pechos de esta madre latían desaforadamente en la espera de alimentar, se ponían calientes y doloridos de llanto materno.
A la llegada de Marfel, la primera expresión que recibió por parte de las enfermeras que rondaban el recinto fue "Qué orejas tan grandes tienes" a lo que él respondía con llanto incontenible y berridos repletos de rebeldía... su madre, calladita, sintiéndose acorralada por tantas miradas de estudiantes en pérdida de la mística de la vida. Sintiéndose tan invadida, quizá violada por tanta bulla, tanta falta de intimidad, tanta desidia ante la magia del nacimiento. Esta mujer desconocía que podía gritar, solicitar a su bebé y hacer valer sus derechos naturales. Pero no, ella estaba desarmada, inadaptada, aterrada ante tanta brutalidad... ella se sentía como ese hijo que acababa de nacer.
Nunca le permitieron abrazarlo y darle la bienvenida. Nunca escuchó la voz de su madre, más que luego de tantas horas de haber nacido. De allí que quizá él prefirió dormir y dedicarse a dormir antes que a comer ni a vivir en un mundo tan inhóspito... quizá de allí que su bazo e hígado se confabularan con él para que dejare de preocuparse por todo lo que ocurría a su alrededor en lugar de digerirlo. Quizá desde allí el que tomara la decisión de que para vivir era importante defenderse. Y su mecanismo de defensa fue el enojo y el descontento.
Depresión y descontento. Enojo reprimido. Los especialistas lo llaman "Ictericia fisiológica"
Y aún así... había más.
Mientras a mamá la tenían presa en esa cama de inmovilidad, a la espera del alumbramiento de la placenta, mamá solamente tenía ojos y cabeza para girar en el vaivén en el que movían a su hijo. Y finalmente lo metieron en una cunita enana, que tiene ruedas, pero que tampoco, al menos, colocaron a su lado. Metros de distancia y bebé exigía a través de su llanto la presencia de mamá. Y las enfermeras pasaban y le estrujaban la cara de lado a lado, con expresiones de "Qué rabioso este bebé" "¡Uy niñito qué bravo!"... pero ninguna tuvo una caricia, un abrazo, un regazo, ni un beso para ese bebé que se recreaba tristemente en la sensación de abandono.
¡¡Cómo no habría de vivir dormido cuando lo pusieron al otro día en los brazos de su madre!!
Ya para ese momento Marfel Jhesús se convirtió en un niño deprimido. A partir de allí tan sólo la tristeza y la amargura reprimida se incorporaron a su existencia. La teta para él ya no era consuelo. Dormía hasta 6 horas continuas sin tomar la tetica. Y cuando mamá le ponía la tetica, él se quedaba dormido como entregándose a su alma.
Los pechos de esta madre se convirtieron en piedras y entonces el sufrimiento se generalizó tanto a mamá como a bebé... a razón de ello, lo más recomendable, según el pediatra era la fórmula comprada en la farmacia. Y dicha fórmula hizo que su aparato digestivo se uniera a la depresión... ¡Cuánto trabajo para digerirlo todo!... lo pensado, a través de la energía que lo rondaba, lo sentido, a través de sus emociones y sus sentimientos y lo consumido por su boca sagrada. El niño se convirtió en un niño estitico.
Y sepan ustedes que con "La Primera hora luego de nacido beb@. Salvar un millón de beb@s". Es premisa que habla de vida, de emociones, de sensaciones, de incorporación, de entendimiento, de intuición, de ser parte y sentirse parte... y no solamente en el transcurso de la infancia donde bebé debe ser lactado, sino que también en la etapa que le sigue y la que le sigue siguiendo. Etapa que es tan, tan importante como saber recibir a los hijos en el vientre materno y en el nacimiento. Esta es la adolescencia.
La adolescencia recrea, recrea muchísimo el más profundo sentir y las memorias celulares de la persona. Es época que habla de cómo ha sido concebido, gestado, recibido en nacimiento y tratado en la infancia un ser humano. Aquí ocurre la exaltación de la verdad aparente de cada individuo.
Luego de tan malos tratos en el nacimiento de Marfel Jhesús, quien iba a pensar que los malos tratos y la separación del seno de mamá pudieran generarle tanta represión de sentimientos, tanta incompetencia ante las ofensas, tanto desacuerdo con la vida, tanto esfuerzo para no demostrar el volcán que lo habitaba y aparentar que todo iba bien. Quien iba a imaginar que se generaría un cáncer justo en la zona de su carita que fue tocada por primera vez con tanta falta de amor, falta de respeto y fatla de dedicación.
Y sirva este testimonio para toda madre que en su timidez y miedo consagrado en la mentira, salga en la defensa de su verdad eterna, tal como el Ave Fenix, airosa en la tarea de hacer valer los Derechos Sagrados que hoy han tenido que ser plasmados en una Ley para una vida libre de violencia en la mujer, en una Ley a favor de la lactancia materna en la que incluye de manera categórica que bebé al nacer ha de ser cobijado por el regazo de mamá. Ha de ser defendido de la depredación de los sentimientos humanos y la falta de cooperación hacia la esencia de la vida.
En honor a ti mi amado Marfel Jhesús Bellorín Moreno, Emisario de las Estrellas, Ser Multidimensional que desde todas partes irradias a favor de la humanidad y la niñez.
Te amo siempre
Mariela Moreno Pérez
sonrisasalavida@cantv.net
Caracas-Venezuela
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