NOSOTRAS

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Arte:Susana Khabbaz

lunes, 18 de junio de 2012

Lilith, la sombra de Eva

Lilith, la sombra de Eva

Paloma de Miguel
Lilith, aquella que surgió al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador es, según el mito, una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza, que posteriormente se convirtió en un ente maléfico, en un ser de la oscuridad pero que, en todo caso, guarda en sí, como símbolo, un sentido que la emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto tenebroso.
Los símbolos y el lenguaje simbólico
Se ha dicho que el lenguaje simbólico es el verdadero lenguaje de la Humanidad, característico del mundo interior humano. Lengua olvidada, sin embargo, que emerge en nuestro ámbito onírico, en nuestra imaginación, nuestra fantasía y también a través de la creación artística, cuando podemos dejar a un lado la mente que analiza, divide y parcela; nos habla, igualmente, desde los mitos y los cuentos y leyendas.
Una particularidad del lenguaje simbólico es la condensación de elementos. Así, un símbolo recoge, contiene, sintetiza, integra y alude a varias abstracciones, ideas o conceptos, a menudo estados de ánimo y muchas veces actos; y se conecta con los mismos y puede enlazar con otros símbolos mediante relaciones de semejanza, contigüidad, analogía, etc…
El símbolo es polivalente y polisemántico, esto es, admite diferentes valoraciones y diversas lecturas, poseyendo varios niveles, significados y sentidos de interpretación diferentes. Con tales premisas nos enfrentamos a Lilith y a nuestros primeros padres.
No sabemos casi nada de Lilith. Salvo una brevísima mención en el libro de Isaías, La Biblia cristiana no dice nada más sobre la mítica primera dama de la historia de la Humanidad y a la que, por tanto, le cupo el honor de ser también la primera pareja de Adán, antes que Eva se oficializara para la posteridad recogiendo para sí tal papel. No existen apenas datos originales de esta figura que ha llegado hasta nosotros procedente, sobre todo, de la vieja tradición talmúdica; aunque no es exclusivamente oriunda de tal contexto, ya que, comparaciones, equivalencias y similitudes aparte, nos encontramos claramente identificada a nuestra protagonista en la vieja simbología súmera y babilónica integrando, incluso, ciertas versiones del ciclo de Gilgamesh. Con lo cual, nuestra dama goza de una antigüedad considerable.
Parece que, siguiendo con su propio mito, que nos la muestra como una guapa fémina muy enigmática y bastante siniestra, fatídica y perversa, indómita e impetuosa, celosa de su independencia, rotundamente atrayente, de ardientes deseos y de contundente seguridad en sí misma, que se rebela contra el rol asignado para las de su sexo, capaz de plantarle cara al mismísimo Creador si es preciso (como así hace) y de marcharse incluso del Paraíso para refugiarse finalmente en los abismos más profundos y sentar allí sus reales, también se ha ocultado para nosotros en el fondo de los siglos portando con ella su secreto.
Mas no por ello ha dejado de ser popular, pues a Lilith se han referido, entre otros interesados, feministas de pro entre las que algunas no han dudado en declararla su heroína favorita, sagaces psicoanalistas tal vez fascinados por su catálogo de cualidades y, cómo no, todo tipo de estudiosos de la Mitología y de la Simbología.
¿Será tan seductora Lilith como para merecer tanto esfuerzo?
Vamos a emprender nuestra tarea a través del estudio del simbolismo de nuestra elegida, apoyándonos en la lectura del contenido del símbolo de Lilith, así como el de Eva y Adán, tal como nos lo muestran el capítulo III del Génesis al describir la creación humana y el posterior pecado que ocasionó el despido definitivo del Edén decretado por Yavhé-Dios para la primera pareja y para sus numerosísimos descendientes. Un estudio simbólico que considerará como una unidad el mito cristiano de la Creación del hombre y que abarcará aspectos antropológicos, psicológicos y sociales. Para ello, conviene precisar algunos puntos sobre el lenguaje simbólico antes de introducirnos en nuestro tema:
Presentando a nuestra protagonista
* Lilith pertenece a la tradición judaica aunque, según algunos, haya sido "tomada prestada" de la mesopotámica, dentro de la cual es posible hallarla morando entre las ramas de un árbol que la mismísima Inanna plantó en un jardín sagrado de la ciudad de Uruk después de haberlo rescatado de las aguas del Éufrates, para hacerse de él un trono y un lecho, una vez crecido.
* El nombre de Lilith deriva del hebreo Lil, que significa noche, por lo que Lilith vendría a significar la nocturna, término que nos transmite la idea de oscuridad, de ausencia de luz, y que se relaciona con sus características personales y su ámbito de acción: la otra faz del día y los hechos que en tal momento acontecen. Una de sus representaciones y uno de sus animales asociados, la lechuza, refuerza esta consideración al tratarse de un ser que se desenvuelve en las tinieblas.
* Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones del término "Lilith", y ninguna de ellas demasiado agradable, pues se la conoce como Ave de noche (ahora sin especificar), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.; se la ha llegado a emparentar con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, tan famosas en el Medioevo, erigiéndose nada menos que en Reina de las mismas.
* Lilith ha sido vinculada también con unos seres parecidos a los demonios del mediodía griegos (esta vez diurnos), ninfas de los campos de tersos cuerpos etéreos relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes y salvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos enamorándolos sin remisión. Algunas tradiciones cuentan, a este respecto, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo
* Se ha comparado a Lilith con las terribles lamias de la tradición grecorromana (recordemos a la reina Lamia que por su crueldad fue transformada en fiera y que devoró luego a sus hijos) y con las lamias de las creencias medievales, tanto seres de rostro de mujer y cuerpo de dragón como maléficas féminas que se alimentan de niños, que conviven con dragones acumuladores de tesoros en cuevas, y que tienen como distintivo un peine de oro, estando muchas veces provistas de unas patas (en lugar de pies) que terminan en pezuña hendida; guardan cierto parecido con algunas representaciones de las regentes y protectoras de fuentes y manantiales gallegas y cántabras, herederas de la tradición celta, y con algunos personajes femeninos de cuentos y leyendas que, a veces, aparecen con uno de sus pies correspondiendo al de un macho cabrío o al de una oca, siempre aludiendo a la presencia de un componente animal todavía activo, algo arcaico aún no del todo eliminado de ellas.
* Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores.
* Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina.
* Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso).
* Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas includas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin.
* Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna. Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera.
Lilith en la tradición hebrea
* El Talmud describe a Lilith como una bella y encantadora fémina de opulenta figura y espectacular cabellera ondulada y la cree madre de gigantes y monstruos. Algunas versiones de este texto nos la emparentan con un animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie no precisada, ya extinta y problablemente desconocida en la actualidad.
* En la demonología cabalística se la designa como uno de los siete demonios tradicionales, en concreto el adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En tal versión, Lilith tiene faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina en una larga cola de serpiente.
* También en la Cábala se la llama la reflexión femenina de Samael o Samael-Lilith. Satanás es el adversario por excelencia y una de las versiones de Samael, y Lilith asumiría características de "doble opuesto" y "doble contrario". Desde aquí se la entiende de nuevo como un ente maligno semianimal o medio humano.
* En el Zohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia", y también la "Mala Bestia", y se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos. * Finalmente, no podemos olvidar las tradiciones de corte astrológico que relacionan a Lilith con la "luna negra". En este contexto, estaría representada gráficamente por un punto concreto del cielo situado en la parte más alejada de la órbita lunar respecto a la tierra. A nivel psicológico, se supone que operaría sobre los impulsos inconscientes reprimidos que, individualmente, se expresarían según el sector zodiacal (signo y casa particular) activados por su presencia y conforme a los aspectos que presente con otros elementos astrológicos
* S í pues, tenemos que Lilith se nos aparece como seductora mujer, bello animal, ambiguo ser a medio camino entre el humano y la bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demonio hembra y espectral habitante de las sombras, generadora de seres aberrantes. Pero siempre se muestra impulsada por la pasión y rodeada por un magnético halo de misterio, de transgresión, de oposición, malignidad, peligro, desacato, rebeldía, tentación y deseo.
Y por el contrario, también de frescura, espontaneidad, independencia, libertad y tal vez autenticidad; pues todo simbolismo es ambivalente y polivalente, como ya se ha señalado, cosa que los pocos elementos concretos y muy modificados de su mito a los que podemos acceder nos confirman.
Mas no por dejar de pertenecer al plano físico se privó Lilith de las delicias de la fecundidad, ya que según nos muestra la tradición engendró seres en tales correrías nocturnas. Y lo hizo, para más precisión, durante los 138 años que -dice la Cábala- tardó Adán en engendrar a Seth después de que hubieran nacido Caín y Abel, cifra que nos da una idea de la longevidad (mítica) de nuestro antepasado y de la espaciada capacidad generativa de ambos progenitores.
* Es extraño que en vista de los anteriores avatares Lilith no sea nada grata en la tradición hebrea. Está feo, desde este contexto, tener la osadía de querer asemejarse al varón reclamando paridad con el mismo, discutir el rol a tomar respecto a éste, desobedecer las órdenes del Hacedor con tanto atrevimiento, abandonar el Paraíso… Pero lo más terrible de todo es el hecho de invocar el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave.
Un primer análisis del mito nos muestra que Lilith ha abierto las puertas de lo prohibido. Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para la raza humana. Ha quebrantado lo establecido, se ha querellado contra el orden natural de las cosas, ha abandonado el lugar propio de la Humanidad, ha transgredido los límites impuestos a los seres humanos (algo que también hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera del mundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en apátrida, en exilada, en extraña…
Es por su actitud frente a las normas por lo que se considera a Lilith enemiga del matrimonio, adversaria de los nacimientos, contraria a los hijos, instigadora del deseo proscrito y fomentadora del desacato, en general, frente a las reglas sociales establecidas. Por todo ello, en definitiva, en el contexto judaico se la tiene por un ser nefasto y un ente maligno en general; de ahí su asociación con lo diabólico y su vinculación con la tentación y la transgresión, a evitar, por supuesto, si se pretende mantener un orden sociocultural determinado.
Vemos entonces varios aspectos a considerar en el análisis del mito de Lilith.
a).- Antropológico
Su situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta como un ser previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una "humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en la actualidad.
b).- Religioso
Ciertas particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con características, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su asociación con lo abisal, etc.
c).- Psicológico
Lilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su "ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades.
d).- Social
Lilith nos remonta a la tan mitificada, por otra parte, etapa matriarcal de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si hacemos arqueología cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos textos de la Literatura clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares.
El simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual orden social patricéntrico que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y mujeres. Y por "actual" entendemos vigente, en el sentido de que corresponde a unos códigos todavía en uso en los patrones culturales judeo-cristianos y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se remontan a los orígenes mismos de esta tradición. No hay más que ver cómo ha "desaparecido" Lilith, cómo aparece Eva en el Génesis, la interpretación y la divulgación tan particular que durante siglos se ha hecho de los actos de nuestra primera madre como portadora del mal y fuente del pecado para la Humanidad, además de las consecuencias sociales e individuales provocadas con tales transmisiones.

viernes, 15 de junio de 2012

LA ACABADORA

TRADICIONES SARDAS SOBRE EL ROL DE LAS MUJERES EN LA MUERTE


ENTREVISTA DE VICTOR AMELA - DICIEMBRE 2012 - LA VANGUARDIA - BARCELONA.
Michela Murgia, novelista sarda, es una mujer jovial y pletórica de vida, enraizada en la naturaleza sarda y que se expresa con pasión y talento, tanto de viva voz como en hermosas novelas, y tal es el caso de la novela que acaba de publicarse: La acabadora, Ed. Salamandra (en catalán L'acabadora. Ed. Proa). Siendo Michela niña cambió de familia como los cangrejos ermitaños cambiaban de caracola cuando ella les dejaba caer una bacía delante en la playa de su pueblo, un pueblo que “respira en plural”...
-Tengo 39 años. Nací en Cabras (Cerdeña, Italia), donde fui “hija del alma”. Soy escritora. Estoy casada y sin hijos, todavía. Soy de izquierdas, y soy independentista sarda. Soy católica. Cerdeña padece el índice de paro más alto de Europa. Me pasaría el día cocinando...
-Qué es una acabadora? 

-Una mujer que ayudaba a morir a la gente en los pueblos rurales de Cerdeña…
-¿Cómo lo hacía? 

-En todas las casas sardas, sobre la chimenea, las familias exhiben un yugo…
-¿De los que se uncían a bueyes o mulos? 

-Una teoría los relaciona con la acabadora…
-Cuente. 

-La acabadora era llamada a una casa en la que alguien agonizaba. Ella consolaba al moribundo, le recostaba la nuca en el yugo: un quiebro en las cervicales bastaba para acabar con su frágil vida.
-Una eutanasia rural. 

-Soy católica, pero si te pones en manos de alguien con el que has mantenido vínculo relacional, es un final que encaja en un proceso vital. En cambio, ¡qué aberrante resulta que un desconocido se encargue fríamente de tu final por un sueldo en un hospital!
-¿Actúan aún acabadoras en Cerdeña? 

-Ya no, que yo sepa. Fue una práctica tradicional. Ahora, en la misa de Jueves Santo, los hombres tallan un pedacito de madera en forma de yugo, que luego depositan bajo la almohada de familiares agonizantes, para propiciarles un buen final.
-¿La presencia del yugo evoca esto? 

-Los sardos intuyen que ese yugo representa el alma de su familia, de sus ancestros.
-¿Cómo fue su infancia sarda? 

-Muy vinculada a la naturaleza: aprendí a nadar, sabía qué anunciaba cada tipo de nube, qué ruido hacía cada animal, cómo arrancar una lapa de una roca para comérmela, cómo invitar a un cangrejo ermitaño a cambiar de caracola… ¡Cosas inútiles en la ciudad!
-¿Cuáles eran entonces sus sueños? 

-No hacer lo que hacían mis padres, salir del pueblo y estudiar, hacer otros trabajos.
-¿Qué hacían sus padres? 

-Llevar un restaurante en el pueblito San Giovanni de Sinis, junto a una torre medieval aragonesa y un yacimiento romano. Mi padre quería que trabajase con ellos: no entendía que yo quisiera hacer algo diferente… y se negó a pagarme los estudios.
-¿Y qué hizo usted? 

-Cambiar de familia.
-¿Perdón? 

-En Cerdeña todavía pervive la tradición del fillus de anima: dos familias pactan, y el hijo de una pasa a ser hijo de la otra.
-Me sorprende. 

-Es un resabio de matriz matriarcal: cada madre era madre de todos los niños, no sólo de los suyos. Cada niño tenía por madres a todas las mujeres. ¡En los pueblos de Cerdeña ha habido una madre en cada esquina!
-¿Y pasó usted a ser hija de otros? 

-Fui fill´e anima (en sardo) de un matrimonio sin hijos, los Sanna, que sí querían que estudiase: me pagaron los estudios.
-¿Y en qué trabajó? 

-En una industria termoeléctrica: acabé siendo alta ejecutiva. Hasta que me pidieron que hiciese algo que no quise hacer…
-¿Qué le pidieron? 

-Que ocultase un vertido tóxico ilegal en el mar. Me negué a ocultarlo. Lo denuncié públicamente…, y me despidieron.
-Fue honesta.

-Luego me costó encontrar trabajo. Desempeñé muchos pequeños trabajos…
-¿Cómo está el trabajo en Cerdeña? 

-Muy mal. Padecemos un 45% de desempleo, ¡la tasa de paro más alta de Europa!
-¿Por qué es así? 

-Los oficios tradicionales se extinguen. Los pastores se mueren… La industria turística está mal planteada, quiere cemento. Y el Estado italiano no invierte en Cerdeña, es como si no fuese Italia…
-¿Consiguió al fin un buen trabajo? 

-Como telefonista en una multinacional que fabrica aspiradoras. Y vi cosas muy duras…
-¿A qué se refiere? 

-Al empleado que no alcanzaba los objetivos prefijados, los viernes le colocaban en el centro de una sala, y los demás le cantaban: “Perdedor, perdedor, perdedor”…
-Ceremonia muy zafia… 

-A uno de esos “perdedores” le despidieron, salió a la calle, y desde los ventanales todos mirábamos. Él alzó la vista, nos vio… y vomitó en la acera. Yo quise bajar a consolarle, pero mi jefa me detuvo: “Tú quieta aquí, ¡que la desgracia se contagia!”, me dijo.
-Tremendo.

-Me sentía tan mal que abrí un blog anónimo, Lo que el mundo debe saber,y relaté estas historias. Un editor me localizó y me ofreció publicarlas en un libro. Me asusté: “Si lo publico, me despedirán, ¡y nunca más nadie me dará un trabajo!”, pensé.
-¿Y lo publicó?
-
Lo publiqué, y esa elección cambió mi vida.
-¿Por qué?
-
El libro fue un éxito. Nunca antes pensé en ser escritora, pero entonces me lo planteé. Ymi novela La acabadora ha ganado el premio literario más prestigioso de Italia.
-¿Lo dedicó a Cerdeña? 

-No: a Cerdeña no le sirve un premio. Lo que necesita Cerdeña es la independencia.
-¿Es viable? 

-Yo voto a un partido independentista: si gestionásemos nuestros recursos, saldríamos ganando en autoestima y prosperidad.
-¿Cuál es ahora su empeño? 

-Sufro por una generación que puede quedar arrumbada. Yo soy muy afortunada.
-Ha ganado dinero vendiendo libros… 

-Yo he tenido oportunidades, yo era rica ya antes de tener dinero.

domingo, 10 de junio de 2012

DALÍ Y GALA



la Historia de el Amor de Dalí por Gala






En la vida existen seres humanos privilegiados que logran encontrar su alma gemela. este es el caso de Salvador Dalí


Existió una vez un Rey Español que cuando era niño, se enamoró de una bella Princesa Rusa que conoció en un sueño. Pero no era una princesa convencional, era al mismo tiempo una sacerdotisa conocedora de todas las magias de la vida y de la muerte. El sueño era tan vivido y real, que al despertar, el Rey estaba seguro de que estaba seguro de que en algún momento se haría realidad. Y en efecto, así fue; la fuerza del amor materializo todas sus ilusiones y la bella dueña de los sentimientos del rey se convirtió en una mujer de carne y hueso que vivió para hacerlo feliz hasta el final de sus días.


Parece un cuento de hadas convencional y, sin embargo, se trata de una historia de amor de nuestro siglo: Rey Español Salvador Felipe Jacinto Dalí Doménech y la Princesa Rusa Helena Ivanovna Diakonova, su adorada “Gala”.


Hablar de Salvador Dalí es tarea de titanes, e intentar develar los verdaderos misterios de su amor es aun más difícil. Nacido en figueras, España, el 11 de mayo de 1904, Salvador Felipe Jacinto Dalí Doménech desde su llegada al mundo fue un niño diferente. Sus padres habían tenido otro hijo siete años antes y lo habían perdido recientemente, por lo que volcaron todo su amor al recién nacido que venia a llenar el vació familiar.


Mimado en exceso, sus naturales convicciones de superioridad y grandeza se intensificaron, permitiendo que su fructífera imaginación volara a alturas insospechadas. El se sentía un Rey y actuaba como tal, con la profunda convicción de que su grandeza algún día seria reconocida por todo el mundo.


Cuando tenia 7 años comenzó a asistir a la escuela publica, donde el contacto con los niños pobres de la ciudad lo hizo sentir aún más que él era diferente. Por eso evitaba relacionarse con sus compañeros, prefería permanecer culto en un mundo propio que inventaba. Pero fue allí a los 7 años, cuando por primera vez vio a quien sería el amor de su vida.


En casa de su profesor había un pequeño teatro mecánico que representaba escenas de lugares distantes, y una de ellas mostraba un paisaje Ruso, con una niña en él. Ella se convirtió en su sueño, en su idealización del amor; y como buen alquímico mental, y desde ese momento presintió que esa mujer sería la única dueña de su corazón.


Y comenzó a poblar su mente con las primeras fantasías amatorias, en las que protagonista (la dulce niña rusa) era todo lo que necesitaba. Así creció amando una imagen que se le aparecía en sus frecuentes alucinaciones. Porque para Salvador Dalí existían dos mundos: ambos reales y tangibles, capaces de crear en él sensaciones de placer y dolor.


El tiempo fue pasando y cuando una chica le llamaba la atención, era porque de alguna manera tenia cierto parecido con la imagen de su sueño. Entonces trataba de encontrar en ella todas las cualidades que le había atribuido a su heroína y al no hallarlas, se desilusionaba, creando dentro de su mente hipersensibilidad un terrible sentimiento de frustración.


El estaba convencido de que el amor era algo tan profundo y dramático como la misma muerte, y le parecía que el amor y la muerte estaban indisolublemente ligados. Es más, la imagen de si mismo dándole muerte al objeto de su amor, lo enardecía y le parecía que ese acto le causaría un placer infinito.


Su adolescencia fue dramática. Su mentalidad muy avanzada para su época, unida a ese temperamento teatral que poseía, no le permitían darse el lujo de fracasar , actuaba de forma extraña, controversial, pero nunca de manera que fuera contra sus más íntimos deseos. Sin embargo, internamente Dalí era tímido, y sentía terror de enfrentarse al momento de hacer el amor, pues temía ser impotente. Por tal razón, sus relaciones amorosas se mantenían siempre en un punto casi platónico, de que él mismo no se permitía avanzar. Besos , caricias, bromas y luego la ruptura.


Ya de adulto, se sentía rechazado por las mujeres y no tenia valor para abordarlas. El mismo decía: “Antes de Gala, no había logrado encontrar una mujer elegante que mostrase interés en mis fantasías eróticas, ninguna clase de mujer ¡ fuese o no elegante! Había recorrido las calles como un perro, muerto de deseo; pero nunca había podido hallar nada y, si por un segundo ocurría el milagro, mi timidez me impedía abordar a la mujer que me habría gustado conocer. ¡ me parecía tan natural que todas las mujeres se lanzasen a la calle cada tarde, con el cerebro atormentando por la misma idea, las mismas fantasiaza eróticas que me asaltaban! A veces, solo para entretenerme, cuando me hallaba en lo más hondo del desaliento, emprendía la persecución de una mujer Fea, le lanzaba mis miradas más apasionadas, no le quitaba la vista ni un instante, la seguía en la calle, subía al mismo tranvía y me sentaba a su lado, e intentaba, con suavidad y cortesía oprimir su rodilla. Entonces ella se levantaba con aire ofendido y cambiaba de sitio”.


Pero en 1929, cuando tenía 25 años, todo cambió para él. Recién entonces comenzaba su obra a ser admirada de en los exclusivos centros artísticos de París. Una tarde el poeta surrealista Paul Eluard llegó a visitarlo con su esposa.


Dalí no sospechaba que esa visita transformaría por completo el rumbo de su vida. En ese entonces Dalí padecía de incontrolables ataques de risa, que aparecían justamente en los momentos menos oportunos y que podrían durar hasta veinte minutos.


Estando en uno de ellos, vio a Gala por primera vez. en es instante ni siquiera le prestó mucha atención, tan inmerso estaba en sus carcajadas.


Gala tampoco reparó en el; estaba cansada y prefirió marcharse al hotel. Unas horas más tarde, se reunieron nuevamente con unos amigos y, por primera vez, sus miradas se cruzaron y ambos sintieron ese escalofrío premonitorio de estar enfrentándose con el destino.


Gala (Helena Ivanovna Diakonova) era Rusa nacida en Kazan, 1894 para esos días ella contaba con 35 años y era la esposa de uno de los más reconocidos poetas de aquella época.


Podrían ser considerados un matrimonio “Perfecto”: él culto, amante del arte y bien parecido; ella, alta, esbelta, elegantísima acostumbrada a la nueva vida. Ambos acaparaban la atención en los mas exclusivos grupos de intelectuales de la época.


Enseguida Salvador Dalí comprendió que la niña rusa de sus sueños infantiles se había materializado y temblaba de pánico, pues sabía que estaba atrapado en sus redes.


Ella por su parte, no pudo sustraerse a la atracción que le causaba aquel hombre excéntrico que no paraba de reír. Pronto se convirtieron en inseparables; se pasaban las tardes juntos caminando por la orilla del mar, hasta que Paul Eluard, dándose cuenta de que su esposa estaba embrujada por aquel hombre extraño, se marcho de París, dejándoles el espacio abierto para que se pudieran disfrutar plenamente de su amor.


Entonces llego el gran día, que él tanto había temido. Fue en la playa, junto a un enorme risco. Ella, vestida de blanco, caminando junto al acantilado, lucia tan frágil y fuerte al mismo tiempo, era tan real y tan efímera, justamente como él la había visto siempre en sus pensamientos: tangible e inalcanzable.


Ella le tomo de la mano y la pasión contenida se desbordó. Salvador Dalí pudo demostrarse a si mismo que era todo lo hombre que deseaba, y cuando finalmente quedó saciado de placer le pregunto a ella qué deseaba que él le hiciera.


La respuesta lo impacto: “Quiero que me mates”fueron las palabras que pronunció aquélla mujer, y que resultaron ser un conjuro mágico que los ató a ambos de por vida.


Dalí, que siempre había soñado con asesinar el objeto de su amor, se sintió descubierto por aquellos ojos almendrados que le suplicaban la muerte, que lo consideraban digno de realizar ese acto, ella comenzó a explicarle como debería matarla, con lujo de detalles; también le hablo de sus tristezas y ansiedades, y las razones que tenia para desear la muerte, por considerarla un escape a todos sus tormentos. Esta conversación liberó del alma de Dalí sus eternos miedos, sus angustias, y hasta su risa histérica desapareció.


Al fin había encontrado su alma gemela. No les importaba el mundo; desde ese momento, y para siempre, solo existieron ellos dos.


La familia de Dalí se puso furiosa por la relación. El padre decía que era insoportable que su hijo saliera con una rusa drogadicta y casada, y consideraba que el dinero que Dalí estaba percibiendo era por vender drogas, pues no podía creer que las pinturas de su hijo estuvieran cotizándose tanto; así que se negó a recibirla más en su casa. Gala se olvido se su marido y se consagró por entero a Dalí, convirtiéndose en la única persona que podía prácticamente adivinar todos sus pensamientos.


Juntos vivieron etapas difíciles, sobre todo al inicio de su relación, cuando ella se separó definitivamente de su marido y el mundo entero se confabuló contra ellos.


Como ambos eran amantes de la buena vida, despilfarraron rápidamente todo lo que tenían y pronto se vieron con grandes dificultades económicas.


Pero juntos también disfrutaron las épocas de gloria, del triunfo espectacular de Salvador Dalí. Sobre todo de la plena realización de ambos a través del amor.


Aun que jamás les importó el qué dirán, contrajeron matrimonio en 1935.


Los hijos no entraron nunca a formar parte de los planes de la pareja; sentían que todo su ser debían consagrárselo enteramente uno al otro, sin compartir ese amor con nadie. Gala se convirtió en la musa inspiradora. El modelo que aparecería en la mayoría de los cuadros de su marido, la sacerdotisa que le leía las cartas todos los días y le pronosticaba el porvenir, la única persona capaz de darle calma al inquieto espíritu del genio catalán.


Dalí jamás le fue infiel, decía que era imposible traicionar a su sombra. Según sus propias palabras:


“Gala se convirtió en un elemento catalítico fundamental en mi vida. Mis memorias visual y afectiva han trascendido por ella.


Gracias a ella, a su amor, a su total aceptación, yo he podido proyectar las imágenes internas y plasmarlas en algo real y concreto. Ella es indispensable para mi, porque gracias a ella oye podido, madurar, conquistar y dominar el mundo.


Gala es la sal de mi vida, al fuerza de mi ser, mi guía, mi doble”.


Ella lo acompaña a todas partes, era su amuleto de buena suerte. Cada exposición, cada discurso, cada premio que recibía, no tenían ningún valor si ella ni lo compartía con él.


En sus pinturas, cada que vez que necesitaba plasmar de alguna manera la belleza y el ideal femenino, utilizaba a su adorada esposa de modelo.


Y tanto quiso perpetuar su imagen que mando a hacer un holograma de una pintura tridimensional en la que aparecen los dos, para plasmar completamente la realidad de esa mujer a quien consideraba el ser más perfecto que existía.


La muerte de Gala, el 10 de junio de 1982, dejó al pintor sumido en la mas profunda tristeza. De forma voluntaria se recluyó en su casa, y prácticamente se negó a salir y a recibir visitas.


Así, viviendo como un monje de clausura, esperó con paciencia el momento de morir, ese momento que tanto había añorado desde niño, pues consideraba que era algo así como volver al útero materno, del que él hubiera deseado no salir jamás.


Y sin el amor y la presencia de Gala no podría haber dicha mayor para su espíritu genial, que refugiarse definitivamente en las mismas brumas que acogieron a su adorada Gala.


Cuando le hablaban de su grandeza y de la influencia que su arte y su personalidad había causado sobre todos los pintores contemporáneos y sobre los pensadores del momento, y le pedían que explicase cuál era el secreto de su fama y éxito, respondía:


“el secreto de mi influencia ha sido siempre el de ser secreta, y el secreto de la influencia de Gala ha sido el de ser doblemente secreta. Yo poseía el secreto de permanecer secreto. Gala poseía el secreto de permanecer secreta dentro de mi secreto. a veces algunos han creído haber descubierto mi secreto; pero eso era imposible, porque no era mi secreto, sino el de Gala”.


Un problema cardiaco y una neumonía que lo tenía postrado desde hacía varios días, arrancaron el último suspiro de este rey de la pintura universal, el 23 de enero de 1989, pero el amor idílico de Gala y Salvador Dalí permanecerá vivo eternamente.



sábado, 9 de junio de 2012

CON MAINCU

DAFNE ARTIGOT