Dime dónde está mi casa, mi casa silenciosa muda,, Mi casa en la que ya no habita un esposo, en la que ya no saludo a un hijo, yo, la Reina del Cielo, Aquella soja en Cuya casa un esposo ya no habita, en Cuya casa ya no saludo a un hijo.
¡Yo soy así, ... Rota! Dice Esposa Al ver la pintura de "La Columna Rota" de Frida Kahlo. Y por fin, Después de más de seis meses de consulta, llora. De 35 años y profesional, consulta por Presentar crisis de pánico con agorafobia, que encubrían su depresión. Dedicada Exclusivamente A su hijo ya su casa, dos años antes, había sido secuestrada junto con su pequeño bebé. Se decía que su esposo lo había planeado para pagar deudas. Se mantuvo unida a su esposo por un año más. Él la deja por otra. Conoce posibles parejas y se aferra a ellos, porque "solo puede vivir en pareja". Cuando estas relaciones fracasan, se siente desesperada e Incapaz de valerse por si misma. Sueña que su casa se quema en un gran incendio.
Miss, 20 años. Estudia y trabaja. Consulta Después de tratar de entrar en un famoso concurso de belleza. Le indican que debe bajar más de ocho kilos de su peso normal. Toma pastillas y hace dietas desbalanceadas. Aún así no la aceptan como candidata. Como consecuencia entra en un período depresivo severo con ideas suicidas, acompañado de crisis de comilonas, ayuno y rutinas de ejercicio excesivo. Es victima de varios accidentes en su carro, por "errores o descuidos inexplicables" como ella los describe. Sin causa aparente, tiene ideas fijas de ser lesbiana, sobretodo cuando ve a una mujer que se acerca a lo que considera "la perfección". Expresa que desde pequeña quiso ser miss, adoraba la admiración, las oportunidades y la fama.
Flaca, 19 años, estudiante de arte, escritora feminista en ciernes, acude a mi consulta por una disminución de peso radical causa de una restricción alimentaria, acompañada de vómitos. Expresa su sensación de desubicación, dolor y rabia. Se debate entre ser la hija perfecta, sesuda e inteligente, aceptada por su madre, o ser la chica soñada que logrará tener a los hombres encantados con su belleza. Su cuerpo curvilíneo le pesa y le luce inadecuado, en referencia a otras exitosas jóvenes de su edad. Deja la consulta cuando tiene novio. Instantáneamente quiere mejorar, por ello decide tomar lítio porque "seguro tengo un trastorno bipolar".
Bella, Psicóloga en formación, 45 años, relata el siguiente sueño con una paciente suya, una joven de 28 años, psicóloga también, de impresionante hermosura: "Me encuentro en mi casa de la infancia, específicamente en mi cuarto con mi gran amigo y colega. .. Un asesinato se ha cometido Y fue él. Debo ayudarlo. De repente me doy cuenta que el cadáver pertenece a mi paciente, quedo impactada. Ahora soy cómplice. Le sugiero que la enterremos allí mismo, debajo del piso, lo más hondo posible, para esconder la evidencia. Así lo hacemos, incluso logramos poner el piso de nuevo sin que se note nada. De improviso llega mi profesora Medea que también puede ser Circe. Ella pregunta por mi paciente y los dos negamos haberla visto. Nos réplica que le parece muy raro porque vio su carro estacionado frente a la casa. Asustada me doy cuenta de que en el cuarto hay un fuerte olor a podrido que viene de la descomposición del cadáver de mi paciente: .. "
Hace unos dos meses, se reseña en la prensa. especialmente en la dedicada a las lectoras femeninas, el escandaloso caso de Supermujer, astronauta norteamericana, que acaba de regresar de un viaje espacial, con un impresionante currículum; casada y con hijos, que resulta presa y desacreditada , por seguir y agredir a una mujer vengándose porque la consideraba su rival, en una relación platónica con un colega astronauta.
La Mayoría de mis pacientes son mujeres en situaciones similares. Subyace a las quejas, una inquietud vaga, una sensación de que falta algo, de desubicación, de dificultad a la hora de relacionarse con sus parejas, sus hijos, y por eso, con mucho miedo a quedarse solas. Todas buscan algo, pero al indagar, ninguna puede describir muy bien qué. En esta búsqueda muchas se someten una cirugías, estudian, trabajan, se separan de sus parejas o buscan otras, pero el vacío persiste. Este hecho hace que se sientan incapaces, descalificadas y que en muchos casos, adopten conductas autodestructivas, que desafían toda lógica. En una palabra: Desesperadas.
Reflexionaba para entonces que había en todas nosotras, (porque no me excluyo), una interrogante existencial, que iba mas allá de nuestros conflictos personales. Una pieza perdida. Perdida, Porque la experiencia de nuestras madres, no nos dice mucho.
Reflexionando con ellas, sentimos que esta pieza pertenece a lo interno, por ende se hace difícil expresarla mediante palabras. Quedan cortas y desembocan casi siempre en la consabida pregunta: "¿Quién las entiende a mujeres? ¿Qué más quieren?. Ahora trabajan , estudian, o son amas de casa si así lo prefieren. Votan, ocupan cargos de poder ... ¿Qué más quieren? ". "¿Qué más podia desear la astronauta? ¿Qué la hace lanzar por la borda carrera, poder y familia? "
No en vano El Rey Arturo, Freud y Jung, se preguntaron: "¿Qué quiere una mujer?" Las respuestas han sido variadas e incompletas porque se preguntan acerca de lo femenino y no desde lo femenino.
Y me pregunto: ¿Qué queremos?
Un día Flaca, la escritora, llega a la consulta muy impactada, no sabe muy bien porqué, relata este sueño:
Ninguna de las dos había oído hablar del mito de Inanna. A la semana siguiente tanto ella como yo, habíamos encontrado escritos sobre Inanna. La correspondencia de imágenes sorprendente era.
El mito es el siguiente:
Innana-Ishtar, Reina del cielo y la tierra, de los cultivos y el ganado, Gran Madre Sumeria, deja provisionalmente el trono a su amado esposo, hermano e hijo, el pastor y agricultor Dummuzi. Decide descender a los infiernos para encontrarse con su hermana oscura Ereshkigal, la Terrible, Reina de Gran Abajo, al morir su consorte Gugalanna “el Gran Toro del Cielo”. En la primera puerta, Inanna es detenida y se le pide que se identifique. El Portero anuncia a Ereshkigal, la reina del “gran abajo”, que Inanna la Reina del cielo, del lugar donde el sol se levanta, pide permiso a la tierra del no retorno, para presenciar el funeral de Gugalanna. Ereshkigal se enfurece y exige que la diosa de la superficie sea tratada de acuerdo a las leyes y los ritos a los que se sometía a cualquiera que entrara a su reino. El guardián de la puerta obedece las órdenes, despoja a Inanna de cada uno de sus magníficos aderezos y símbolos de poder o Me en cada una de las siete puertas. “En cuclillas y desnuda” tal como eran enterrados los sumerios, Inanna es juzgada por los siete jueces del inframundo. Ya en el gran abajo, Ereshkigal fija en Inanna su ojo de la muerte y la mata. Deja su cadáver verdoso y putrefacto colgado en una estaca. Al tercer día, como Inanna no regresaba, Ninshubur su sirvienta, la reina del Oriente, sigue las instrucciones de Inanna de pedir ayuda a sus padres o dioses antepasados. Mientras Inanna está en el Abajo, no hay reproducción, ni fertilidad en la tierra.
Ninshubur acude a Enlil, el dios supremo del cielo y de la tierra y a Nanna, dios lunar y padre de Inanna, ambos se rehúsan a interferir. Finalmente Enki dios de las aguas y de la sabiduría, creador de los Me (y a quien Inanna se los había arrebatado), escucha el ruego de Ninshubur, y acepta rescatar a Inanna. Para ello usa dos pequeños eunucos, dolientes o plañideros, que forma de la tierra de debajo de sus uñas. Ellos se cuelan al inframundo, sin ser vistos, cargando con la Comida y el Agua de la Vida que Enki, les proporcionó. Al llegar, muestran conmiseración por el dolor de Ereshkigal que solloza a los muertos y además gime aquejada de dolores de parto. Ereshkigal, agradecida por la compasión, finalmente les da el cadáver de Inanna. Resucitada a Inanna se le recuerda que para salir tiene que enviar un substituto que tome su lugar. Mientras sube por cada portal reclamando sus vestimentas y símbolos de poder, los demonios que rodean continuamente.
Inanna en su búsqueda, no escoge a nadie que haya llorado por ella en su ausencia. Finalmente, se encuentra con su consorte Dummuzi (Tammuz), que se encuentra sentado en el trono. Inanna lo mira con el mismo ojo de la muerte de Ereshkigal y los demonios se lo llevan. Dummuzi se escapa con la ayuda de Utu, (el dios sol, hermano de Inanna), lo transforma en una serpiente, permitiéndoles escapar. En otra versión, Dummuzi sueña con su muerte y acude a su hermana Geshtinanna, quien le ayuda a interpretar su sueño y lo esconde en su casa. Luego se ofrece en su lugar. Inanna decreta entonces que los hermanos se dividirán el destino y que pasarán mitad del año cada uno en el inframundo. Cada año cuando Dummuzi debe bajar, Inanna lo llora desconsolada y lo despide con grandes ceremoniales.
Los mitos condensan en sus metáforas, la experiencia de la humanidad. Carl Gustav Jung, afirmaba que nuestros problemas, sufrimientos o enfermedades no eran sino la reedición actualizada de estos mitos, porque ellos a su vez eran la manifestación de los arquetipos, que son parte de nuestro inconsciente colectivo. A las formas de expresión actualizada y personal de estos arquetipos les llamó Complejos.
En este orden de ideas, reflexionemos y ampliemos las imágenes que nos ofrece este mito:
Éste mito sumerio, de hace aproximadamente 3000 a 2500 antes de Cristo, ofrece una amplificación del sueño de Bella y su paciente enterrada y el de Flaca, de la anciana colgada en un gancho. Especialmente la muerte de Inanna a manos de Ereshkigal. El mito nos muestra que hay un aspecto poderoso femenino (Inanna) en la superficie, que desciende al inconsciente y otro en lo profundo (Ereshkigal) poderoso, pero relegado. Dolido, descontento y con rabia, capaz de destruir este aspecto femenino de la superficie. Nos muestra que tan dolorosas experiencias, parecen tener la finalidad de transformar e integrar estos femeninos opuestos a través de un ritual de iniciación. Denominé esta ponencia como “Las Diosas Truncadas”, porque en los casos relatados, no hay continuidad, como el mito lo muestra sino que el rito queda detenido allí, sin dinamis, literalizado. Generando pathos o sufrimiento, bajo la forma de conductas autodestructivas.
Muestra además, la necesidad de de despojarnos de los valores de la superficie, para que este proceso se dé. Sin embargo, este universo no está equilibrado: lo que no es aparente, lo que está en el inframundo, reclama ser atendido, está en pérdida, su compensación y aunque el mundo de la superficie aunque no se dé por aludido, lo padece: no hay cultivos, ni vida, ni ganado, sin que Ereshkigal y su marido Gugalanna, liberen las fuerzas de dentro de la tierra. En nuestras vidas parecen abundar las fórmulas para ser felices pero como a Flaca, Bella, Miss, Desesperada y Súper Mujer, llega un momento que nos fallan las “recetas”.
Hasta este momento, la tensión parece radicar, en que estos dos mundos, han perdido la conexión. Esto resuena particularmente, si tenemos en cuenta de lo difícil que resulta conectar las imágenes que emergen del inconsciente, aún cuando vienen de nuestros sueños. El mundo de Ereshkigal se nos presenta, pleno de emociones, consideradas a lo mejor disonantes en la superficie, pero claramente permitidas aquí. Ereshkigal dice poco: llora, gime, actúa drástica y violentamente; arrebata la vida de la superficie, hasta ahora considerado valor único. Ereshkigal, según nos dice Silvia Perera, representa aquellos aspectos del inconsciente que emergen y que por ser tan arcaicos, entran en el ámbito de lo pre-verbal. Muy frecuentemente en la consulta los dramas no encuentran palabras. El sufrimiento es expresado sin que medie una palabra o logos racional. Es precisamente aquí donde surge la dificultad en las terapias que se basan únicamente en la palabra como medio central para la elucidación de los conflictos. Se necesitan medios de expresión alternativos tales como: dibujar, técnicas de caja de arena, terapias corporales, danza, música, poesía, etc. Por eso muchas veces, nuestras pacientes parecen estar detenidas en un monólogo circular.
Inanna debe descender paulatinamente, atravesará los portales, y muy poco a poco, se desprenderá de cada una de sus íconos. Prendas que han sido necesarias para su quehacer en el mundo, así que no puede tampoco menospreciarlas. Luego en ese despojo del Ego, hay un ceremonial absolutamente necesario. Indispensable se hará el comprender en profundidad y el sentido de los síntomas. Ayudar a conectarlos ritualmente y con sentido simbólico. Esta necesidad de ser bellas, flacas, esposas y supermujeres, es el síntoma superficializado y desconectado, de la búsqueda de integración de los aspectos arquetipales de nuestra feminidad. En otras palabras la necesidad de iniciación.
Sólo después de este ritual de descenso, Ereshkigal mira directamente a Inanna con su ojo de la muerte. No hay subterfugios. Deben contactarse, conectarse y sobre todo, conjugarse para renacer. Aquí pudieran darse conexiones homeróticas, genitalizadas o no, con otras mujeres. Tal es el caso de Miss. Estas también pueden ser una oportunidad de gran conexión con el terapeuta. Muchas terapeutas nos veremos reflejados nuestros propios complejos. Es importante entonces, mantener un espacio de supervisión y terapia.
La muerte y empalamiento de Inanna, nos señala tenemos un período crucial de gestación y parto en Ereshkigal. ¿De quien?: De sí misma, de Inanna y de su marido. Este momento en terapia es difícil porque pueden presentarse ideas y hasta intentos suicidas.
La intervención de Ninshubur, que no es una sirviente cualquiera, cumpliendo la indicación de pedir ayuda cuando la ausencia ya es muy prolongada, es muy importante. Simbólicamente esta imagen nos recuerda la necesidad de un Ego auxiliar que permanezca en la superficie, con la finalidad de asegurar el regreso de aquello que para transformarse y mantener el equilibrio de la naturaleza y la psique, descendió. A veces, si no se regresa, o el regreso se hace difícil, queda permanentemente clavada, desencarnada y atrapada, en la estaca de Ereshkigal. Aquí podrían ubicarse los trastornos de alimentación, como el de Flaca, que parecieran literalizar en el cuerpo, el drama de Inanna. Solo que este drama, permanece repetitivo y circular.
Los padres y hermanos de Ereshkigal, es decir los dioses que representaban junto con Inanna, el poder constituido del mundo superficial, se niegan a romper con el “status quo”. Es paradójicamente Enki, el demiurgo, relacionado por ende con todo lo humano el que decide ayudar. En las pacientes esto pudiera estar representado por la aparición de un aspecto nuevo, creativo, flexible y no convencional. A nivel inconsciente pudiera ser el emerger de un nuevo aspecto de ánimus. Enki, saca tierra de debajo de sus uñas. Nada grandioso, pero conectado con la tierra: lo concreto o la materia. Estos seres “asexuados” y dolientes, se compadecerán y llorarán los dolores de Ereshkigal. Ellos nos recuerdan también el papel de los terapeutas o aspectos internos del mismo paciente, que a través de la conexión empática con la diosa oscura, el Pathos o sufrimiento, logran la transformación de la rabia en compasión; del dolor en nueva vida, nuevas perspectivas.
La Inanna que resurge de esta terrible experiencia no es la misma, sube, readquiere sus vestiduras en sus siete niveles, pero ahora se nos avisa que viene acompañada de los demonios o “Galla”, que estarán encargados de llevar al sustituto de Inanna al inframundo. Cortar con lo superfluo, con aquello que no está conectado con la nueva mirada que hemos adquirido, ocupaciones, deberes, relaciones establecidas de una manera que ya no funcionan. Esto es lo que emerge ahora.
Inanna en su búsqueda solo se desprenderá de sus aspectos desconectados, representados por su esposo, que en medio del drama, está disfrutando. Surge la pregunta de porqué precisamente su esposo amadísimo es quién no la llora.
Hasta ahora el proceso de Inanna ha sido encontrarse con el aspecto reprimido de su esencia femenina, que no progresará si no es integrado. Esta integración es especialmente difícil en la psique femenina, porque los valores están dados por una cultura que favorece lo masculino que no es su principal esencia. Por ende, se da con mucho trabajo y sufrimiento. No en vano Jung decía que la individuación femenina se lograba mediante “muchas lágrimas”. En la necesidad de adaptarnos tendemos a pactar con los valores masculinos imperantes. Nos convertimos en hijas, protegidas o seductoras del mundo del Padre (bien sea este nuestro padre personal, institucional o pareja). Exigimos o obtenemos mediante subterfugios en el mundo superficial, nuestros Me o símbolos de poder. Tal es el caso de Miss, que se aferra a sus sueños de fama. Lo hacemos abiertamente o de forma encubierta, pero sólo estamos obteniendo elementos masculinos que por valiosos que sean, sin la integración primordial de nuestra feminidad, siempre estarán en la superficie. Viendo esto de esta manera, nos podríamos explicar porqué con tanta frecuencia persistimos en las relaciones de pareja más inconvenientes en algún momento de nuestras vidas. Tal es el caso de Esposa.
No es de extrañar entonces, que Inanna a quién encuentre desconectado sea su pareja Dummuzi, desconectado también. Celebra cuando tendría que llorar. Inanna fija en él, su “ojo de la muerte”. Dummuzi huye y se convierte en serpiente, es decir se transforma a su vez. Pero no en un animal cualquiera, la serpiente está ligada ancestralmente a lo femenino primordial, representa los aspectos ctónicos o mas ligados a la tierra y a lo subterráneo, según muchos autores entre ellos Neumann, en su importante trabajo “Conciencia Matriarcal”, representa los aspectos fálicos de la Gran Madre. Es decir lo masculino integrado en lo femenino esencial. Nuevamente la integración de lo masculino en la mujer, o ánimus.
En otras versiones del mito su hermana Geshtinanna, le anuncia su destino, lo oculta y finalmente cuando Inanna lo encuentra, se intercambia con él, mitad del año cada uno. Geshtinanna representa el último aspecto que Inanna debe integrar lo femenino en su conexión a través del otro, que es este Nuevo Dummuzi conectado con la compasión, la materia y lo femenino. Por ello, no es contradictorio que no se separe completamente de él y que lo llore cada vez que debe descender.
POR ÚLTIMO TRATARÉ DE RESPONDER A LA PREGUNTA FORMULADA ANTES:
¿QUÉ QUEREMOS LAS MUJERES? :
Queremos encontrarnos a nosotras mismas.
Integrando lo superficial y lo profundo.
Lo terrible y lo compasivo.
Lo femenino primordial y lo masculino como otro real (coniuctio).
Queremos ser creativas para asegurar nuestra vida psíquica y la de nuestra cultura.
Queremos SER. DESDE lo femenino.
Muchas gracias.
Diana Rísquez.
Médico Psiquiatra. Psicoterapeuta EVPP
Analista Junguiana. AVPA. IAAP
Trabajo presentado en V Congreso de la Asociación Venezolana de Psicoterapia-AVEPSI: "Lo Femenino: Anatomía de sus Destinos" Simposio "Mitología Femenina" Caracas, junio de 2007.
materia y lo femenino. Por ello, no es contradictorio que no se separe completamente de él y que lo llore cada vez que debe descender.
Brillante!!gracias!!
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