Liliana Leelaprem Ferrero
Encarné en este cuerpo hace 45 años, bajo el signo de Leo y en el año del Tigre. Soy felina, a veces mimosa como una gatita o con la fiereza de una pantera.
Recorrí muchas tierras, entre ellas Mallorca, buscando afuera: en los hombres, el trabajo, la aventura, el arte, aquello que no podía encontrar.
Cuando me reconocí Humano Rítmico, me abrí a esas fuerzas divinas que hacía tiempo pujaban por invadirme y, creyendo que facilitaba el proceso, me sumergí en la India mística.
India es una gran madre que te enseña lo fácil que es confiar mientras te acuna en sus brazos y te nutre con sus mil pechos y toda la energía de Shakti, para reunirte con Shiva.
Como todo es cíclico, tuve que regresar a mi origen: Argentina, para asistir a quienes me dieron la vida. No sé cuanto tiempo he de quedarme por aquí, y como temía que mis alas pudieran atrofiarse, escribo. De este modo, mi espíritu viajero se ve doblemente compensado, cuando escribo y cuando mis pequeños hijos emprenden su propio vuelo.
Pero quién soy, en realidad poco importa. Yo soy tú, tú eres yo.
Lo importante es comprender ¿Quiénes somos realmente?
Hay un primer libro, inspirado en la experiencia India, una analogía entre los dioses y el propio proceso vivido. “Divino Juego de Amor” obtuvo mención especial del jurado en el Concurso organizado por la Editorial Kier y el canal Infinito sobre la “Apertura de la Conciencia en la era actual”, y será presentado en la próxima feria del Libro de Buenos Aires (Mayo 2008) por ed. Kier.
En el 2007, otro libro fecundó: “Despertar de mujer, lo demás es cuento”
Palabras de mujer, Myriam Wigutov en la presentación del libro:
“… me gustaría contarles el placer de leer “DESPERTAR DE MUJER” porque, todo lo demás es cuento.
Los relatos Zen se llaman Koan’s y cuentan un suceso en el que algún discípulo, algún maestro, hacen brillar una verdad LA VERDAD o una ley universal LA LEY. Las parábolas hindúes relatan la inquietud de un alma en desasosiego y algo o alguien transforman esa inquietud espiritual en conocimiento. Conocimiento de sí mismo, de los otros. Conocimiento del Ser.
Cómo los Koans del Zen y las parábolas y leyendas, nuestra Leela nos relata pequeños-grandes momentos de nuestra vida cotidiana, occidental, anodina, cercana... Momentos en los que sus personajes se encuentran en plena tensión y estalla la ola del saber, la ola del conocer.
Las letras de Leela se desnudan, se saborean y degustan, se huelen, se acarician, se escuchan cómo un gong hasta que se extingue. Leerla a Leela es una experiencia sensorial, íntima, secreta. Una transferencia lumínica directa, de pluma a ojos, de boca a oídos, de letras a espíritu y de corazón a corazón. Es un despertar del sopor.
Y para cerrar, traigo, desde el lejano Berlín, un mensaje de Esther Andradi, escritora aliada, que dijo y lo repito hoy aquí:
“cada cuento de Leela, es un relámpago de la conciencia...
cada cuento es cómo un racimo de luciérnagas en la noche oscura...”
RELATO DE LILIANA
PachaMama
Deja que hable con la voz profunda de Gea, que se queja abrumada por tantos castigos infligidos por nosotros: los humanos. De la soledad de Gaia, hogar del peregrino que ingrato la traiciona. De la abundancia profanada de la Pachamama que atesora la sabiduría del arcano femenino; creadora y sustentadora de la vida. Pero, aquieten por un instante este caótico mundo porque lo que tengo para contarles sólo puede comprenderse en el silencio.
Desde mis entrañas los dolores afloran en tsunami de llanto o tifones de cólera. Lametazos de fuego encienden fulgores que asolan mis recintos. No sólo mutilan mis pulmones y vierten excrementos tóxicos en mi útero; con violencia impartieron rajas sangrantes que laceran el espíritu femíneo del planeta. Necesitaban confinar mi esencia y aniquilar el nexo con la cosmovisión sagrada. ¿No ven que soy una hembra herida?
Gea les está hablando, la primera realidad material del Cosmos. Soy la anciana sabia, ignorada por las religiones cómplices de mutilar la memoria. Pero a mis latidos y tambores nunca podrán amordazar porque soy una diosa orgásmica y fértil. Madre Isis. Pachamama. Artemisa de los mil pechos.
No hay recetas que devuelvan el tesoro perdido, porque el misterio reside dentro tuyo. Con el poder de la palabra deambulo hacia tu corazón encendiendo la esperanza para que cuando en ti veneres lo divino, mi grito de agonía se transforme en himno de gracia.
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